jueves, 26 de abril de 2018

Víveme un minuto

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10-707-29
03-abr-2018






En esta dura firme y cómoda silla tejida y en solo un minuto que suspendió mi tiempo veo por el ventanal ropa extendida en las cuerdas de una azotea que distrae a los ojos de la gran grúa que desafía en altura a los imponentes y llenos de pinos cerros cundinamarqueses.

Observo en frente las hojas de los árboles del parque moverse una a una como miembros disfuncionales y rebeldes de una misma familia, de un mismo tronco, de una misma vida.

Veo desde arriba las penurias y alegrías en las posturas de las gentes, jugando basquetbol, sentados en las bancas, mirando con desdén a las palomas, símbolo de divinidad ahora vueltos inmundos a los ojos de los citadinos.

Miro desde mi sitio la media pared en madera que contrasta con los ajuares verde feijoa y Vinotinto de las mesas de este cómodo lugar español que emerge de la ciudad de Santafé.

Si por solo un instante pudiera transmitirte lo que mis oídos escuchan, lo que mis ojos ven y lo que mi ser siente en un minuto, sería más fácil disfrutar las mismas cosas, nos refundiríamos en los placeres de los sentidos abandonando el poder de las palabras.

Si pudiera regalarte querido receptor, solo un minuto de mi sentir, llegaría a tu corazón más rápido y audaz que quienes se acercaron a compartir su vida con tigo.

Tal vez sea egoísta de mi parte querer darte mi minuto además la envoltura de la humanidad no me lo permite, pero puedes guardar mis frases en uno de los cajoncitos de tu alma para que sean contigo aun cuando la memoria se extravié y así de vez en cuando soñar con el paisaje que aquí describo.

Tal vez vengas a este lugar, te sientes en una de las sillas duras, firmes cómodas y tejidas y sientas mis palabras romper los anaqueles de tu alma encontrando tus recuerdos extraviados en el olvido.

Aun si no lo lees como lo he sentido, ya sea en los sueños o en la realidad de este plano, vivimos juntos en este día este paisaje descrito por letras.



KOKORNEKO

domingo, 16 de agosto de 2015

UN SER MUY EXTRAÑO


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10-526-223
29-jul-2015
 DNDA




bitácora del Corazón

Conocí reciente mente un ser muy extraño, sinceramente no pensé encontrar mi paz en sus ojitos, ni en  la lozanía de su piel  siempre fresca que cual estropajo froto a mi rostro tomándole más como se sujeta un objeto que como a una forma de vida.

 Qué lindo y agradable es abrir lentamente esa cremallera del angeo de su cubículo y verle despertar, como se estira ese cuerpecito pequeño de bebe  con los puños cerrados las piernas rectas con esos músculos tensionados expulsando la pereza.
De todos las creaturas de nuestra naturaleza solo ella ha depositado en mí la confianza, lo sé en la franqueza serena de esa mirada cristalina y prístina, esos ojos nuevos y sin manchas que hacen juego solamente con la cordillera recta y filosa de sus encías  que rosaditas cual fondo de caracolas lacadas se asoman sonrisa a sonrisa.

Esos pequeños soniditos de infancia que me son lindos solamente porque es parte mía,  me parece increíble que Dios en su magnificencia haya tenido el tiempo de darme un regalo tan hermoso, y es que es el mejor muñeco que he tenido y no llego en mis cumpleaños ni en navidad, ni fue hecho por una empresa reconocida, si me preguntan de su origen diré solamente que fue de producción artesanal casera.

Cree uno que en esta etapa debe ser maduro, ejemplo, acertado y siempre recto pero ahora que ella llegó a mi  creo que no puedo ser adulto teniendo semejante juguete.

Es incomprensible como la delicadeza de su género se contrasta con la exagerada sonoridad del gas que sale de su cuerpo, y aun esas indelicadezas me alegran el corazón.

No hay maldad en ella,  es toda buena como la herramienta alemana, aunque le habíamos planeado apresuró su viaje  sin  decirle a nadie anticipándolo media década, llego a mi casa sin invitación y sin saberlo construyo un hogar, ella se invito solita y tuvo la suerte de ser bienvenida.

Tiene todas las ventajas, está en esa edad hermosa  en que no le da mal aliento al despertar,  su comida esta a la orden del día en cualquier momento, en cualquier lugar, fresca embalada y rotulada en cómodas féminas y hermosas bolsas tibias, no necesita masticar, no tiene que asearse ya que hay quien naturalmente lo hace por ella, nunca se queda sola, sus necesidades básicas  son el motivo de existir de la familia y aunque tiene horario para dormir no tiene límites para hacerlo mejor dicho literalmente va en coche.

No he conocido ser más extraño, no hay otro que esconda tras la fragilidad el poder de conquistar los corazones  de las gentes y hacer su voluntad y aun así toda ella es buena porque no conoce el mal.

Conocí recientemente un ser muy extraño, sinceramente no pensé encontrar mi paz en sus ojitos…


Edgar Hernando Romero Caicedo 

lunes, 29 de junio de 2015

INCOMODO EN LA OSCURIDAD

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10-522-449
10-jul-2015
DNDA


bitácora de KOKORO NEKO

Un triste abogado litigante, después de una tremenda paliza propinada por el Juez y el Fiscal a causa de sus intervenciones desmesuradas durante un Juicio que se llevo a cabo contra su peligroso y desagradecido cliente, logra conseguir la llave del baño del complejo Judicial que es guardada como tesoro por los servidores  del sistema de Justicia; los baños  con que la Rama Judicial doto los complejos dedicados a la impartición de Justicia en este País son tan liberales como pretende serlo su democracia, claro que no tanto como las gotas de chocolate de la flamante y roja corbata del jurista protagonista de esta historia, además de que desde la construcción, el baño parece no haber tenido mayor mantenimiento,  lo que este amigo encontró al entrar  fue lo siguiente:

Un lugar sin ventanas, completamente cubierto de azulejos blancos brillantes y vencidos en piso paredes y techo, provisto de cuatro  lavamanos  cuya agua amarillenta deja el oscuro residuo de óxido de las tuberías antiguas de la ciudad capitalina,  3 orinales estándar de los cuales sirven dos uno carece de conexión al desagüe y dos marcas de cemento gris en las paredes con tubos descubiertos que indican que alguna vez fueron 5 cerámicas de orinar, pero lo que da el efecto al recinto son los espejos rotos manchados y percudidos en contraste a la iluminación de sodio parpadeante  de los tubos viejos que aún quedan en servicio y un asfixiante aroma a encierro y decol.

Volviendo al relato, el susto de la audiencia que había desolificado todo el contenido fecal del pobre ser, ya se había acumulado contra su frágil píloro pero estaba de buenas, el baño estaba solo, y tenía en su maletín de chismes un royo doble hoja suavecito todito para él sólito, los cubículos oscuros metálicos y corroídos por el óxido no le quitaban el ánimo de sentarse con calma a hacer su cuantioso deposito, así que ignorando el rollo de 50 metros de papel industrial  que solo le traería raspaduras enrojecimientos y posiblemente un desgarro, cerró la puerta del ultimo cubículo, echo pasador, se desvistió  lentamente  desabrochando sus puños quitando mancornas   y mientras aflojo el nudo Wilson, y retiro su corbata pudo sentir como el fino satín se deslizo por el complicado cuello de su camisa, cuidadosamente dejo su viejo pero no raído pantalón de paño italiano sobre sus emboladísimos zapatos y sobre ellos el chaleco  saco y corbata.

No era una persona que requiriera de lectura o juegos mientras defecaba, él iba a lo que iba y se tomaba su tiempo. Entonces – sucedió-

Se abrió la puerta del baño,  un grupo de colegas entraron a cepillar sus dientes y las voces eran conocidas, un profesor suyo de la universidad de hace muchos años, quien preguntaba intrigado que había sucedido en la anterior diligencia, el secretario del despacho y el Juez,  entraron a hacer lo suyo, justo en ese momento  noto dos cosas, una que se burlaban de el  con palabras fuertes  de las cuales destacó “después de esa paliza en la audiencia ese man necesitara un inodoro, o tal vez dos”, y la otra que los cubículos tienen una elevación de casi cuarenta centímetros  del suelo, es decir  tal vez no le conozcan por sus piernas pero seguramente recordaran el estilo de sus zapatos,  el color de la corbata su chaleco, al respecto su primera reacción fue respirar más lento y no emitir sonido alguno, como cuando los niños juegan a las escondidas o un cazador está cerca de una fiera,  de pronto  noto que todos callaron y sospecho que le habían descubierto, luego su profesor cambio el tema a sus acompañantes y hablaron de marcas de cervezas, algo un tanto tranquilizador hasta que le dio por ver hacia arriba,  como dije anteriormente el azulejo era brillante y estaba tanto en el piso  como en el techo, era como un desgraciado espejo, cuarteado y rechinante de limpieza por décadas y décadas de trapeadores con desinfectante,  solo algo quedaba claro le habían visto pero terminaron pronto y se fueron.

Se escuchó unos pasos alguien más venia abrió la puerta del baño, se oyó que uso el orinal y dejo la llave del mismo abierta, el defecante en el momento ápice de su éxtasis natural pensó en carraspear con un ucchhm  ucchhm  para alertar no abrir los cubículos, pero al escuchar que  solo venía a orinar guardo silencio, el que llego salió tan rápido como vino y sin lavar sus manos, se devolvió y apago la luz,  !rayos¡. 

Habría sido mejor que cuando el Juez y su profesor entraron al baño de alguna forma accidentalmente hubiese caído los viejos cubículos con el haciendo sus necesidades, de esa forma se presentaría una incómoda situación para los demás en la que él solo sería víctima de las circunstancias, no como ahora.


Defecar sin luz es lo peor, levantarse con las nalgas escurriendo el agua que salpicó, sin poder identificar por donde pasar su suave papel doble hoja, para que el trasero no escurra el agua hasta sus medias, además del hecho de limpiar y limpiar hasta presentir quedar limpio, y es que la mayoría de gente no ha notado que uno termina de limpiarse cuando el papel sale limpio pero en la oscuridad es mejor limpiar tantas veces sea necesario para evitar salir untado, con el celular en el bolsillo del pantalón que está en el suelo tal vez habría podido iluminarse pero limpiarse es una habilidad que pocos tienen con una sola mano,  además gritar ¡alguien encienda la luuuz! Acabaría con el decoro que nos hace civilizados, sin embargo este personaje como pudo se limpió, soltó el agua, se vistió curiosamente fue muy prolijo en la miedosa oscuridad del cubículo, la situación fue tan desastrosa que solo reía de sus circunstancias,  salió del cubículo encendió la luz y organizo su corbata con un nudo doble, escucho a lo lejos  unos pasos que reconoció, quien entro le ignoro saco mucho papel del dispensador industrial y se encerró en uno de sus cubículos,  el abogado lavo sus manos con buen jabón,  y salió, luego se devolvió y apago el interruptor.

Kokoro Neko

lunes, 22 de junio de 2015

LA CHICA DEL TE






BITACORA DE KOKORONEKO 

Esa mañana de finales de noviembre con el frio y el sol citadino que arde en la piel, me dirijo a la cafetería  “don Fruno”, lugar famoso por sus meseras de sonrisas cálidas, comida deliciosa y ambiente Jurídico.
En un escenario de cómodos muebles forrados en hule rojo, camino lentamente a pasos largos buscando sitio en las mesas del fondo.
De pronto, la chica que describiré después, toma el pedido:
-¿Que se le ofrece?
-chinita dame unos huevos revueltos una arepa de queso y un té de limón.
-sonríe ella asintiendo y se retira.
Luego de la típica espera por los alimentos la veo acercarse de lejos,  su encantador rostro que refleja la lozanía de los baños madrugados con agua fría, un delantal planchado y con quiebres pronunciados bajo su busto mediano,  todo su atuendo laboral es limpio, es blanco  es lleno de cuadros azules, y a la cintura casi fatigado por la presión  de una tirita de delantal posiblemente de lino o dacron,  pegado in alienado e inamovible  como cuadro de pared  está el esfero kilométrico azul y la libretita de pedidos.
Su robusto cuerpo no se podía mover con agilidad ya que tenía los brazos ocupados con gaseosas, así como cuando los niños pequeños cargan la mayor cantidad de Juguetes estrechándolos contra su cuerpo, entonces  me pregunto si esta inocente criatura  encontró cerrado el anaquel de las bandejas, ya que bien había podido usar una  para facilitar su trabajo.
Acercándose por mi fila deja encada mesa gaseosas y jugos hasta llegar a mí.
-ha olvidado mi pedido, pensé.
Ya que al terminar de servir lo que llevaba la veía con las manos vacías, de pronto  pasando su mano derecha con rapidez  hacia el brazo izquierdo, logra con su opresiva reacción que mis ojos de manera instintiva se posen sobre su pesado tatuado y acalorado brazo, y allí apretado contra el tierna mente abullonado dorso vì lo que parecía ser una tapa amarilla, levantando su codo a 45 grados ella lentamente despego de su húmeda piel el envasé plástico sellado y lleno de Te lipton de Limón, y lo puso sobre la mesa, dio la vuelta para retirarse y en fracciones de segundo con reacción de gacela tomo la punta de su impecable delantal; sin saber que decir, solo se me ocurre brindarle mi mejor sonrisa, ella alegremente  e ignorando la situación me dice con su femenina y delicada voz:
-¿se le ofrece algo?

A lo que reaccionando digo, sí. Por favor, ¿podrías cambiármelo por uno de durazno?

KOKORNEKO
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10-518-310
16-jun-2015
DNDA

lunes, 16 de enero de 2012

MALA NOSTALGIA

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10-519-60
18-jun-2015
DNDA



Bitácora DE LO OCULTO


Señor fiel y poderoso Dios, que la nostalgia no me haga caminar a atrás engañado por las neblinas del ayer que mi confianza se deposite solo en ti y nunca en recuerdos agudos y filosos cual astillas de espejo quebradizo que amenaza enclavarse en mi ser con amor y odio, aleja de mi la seducción y el asedio de este espíritu errante de las hojas en el viento que me quiere atacar en este tiempo difícil y endereza mis pies sobre el camino para no retroceder corriendo a los brazos de la desgracia que siempre lista y atenta me busca vestida en la emboscada de sus velos de felicidad para que me ahogue en el poso de su sufrimiento, lléname con tu espíritu para que mi presencia lleve doquier tu esperanza y un corazón de templanza para dar vida a quienes se refugian en la engañosa nostalgia. EDGAR HERNANDO ROMERO CAICEDO

lunes, 5 de septiembre de 2011

pasando

06/07/2011

BITÁCORA DEL MIEDO

Turbias y espesas nubes cruzaban el camino como si los ángeles más góticos quisieran que la tierra pareciera el cielo, por un camino incomprensible de hundimientos y deslizamientos de tierra finalmente llego a lo que alguna vez fue la ciudad de santa Fe

Edgar Hernando Romero Caicedo

Constancia

05/09/2011
Amparado en una infiel existencia de recuerdos sollozos de mi pasado triunfante e inevitable por el incontrolable éxito, miro con aprecio aquellos mezquinos obstáculos vivientes que por mí no obrarían de igual forma porque el aprecio fue extirpado de sus existencias desde antes de nacer.
Con la fe puesta en lograr mantenerme sobre esta borrascosa cumbre con el precipicio al frente y y mis observadores salvajes como lobos que esperan ansiosos mi caída.
Que sol sofocante se divisa aquí en las nubes
Que calor, que brillantes que gloria incomoda
Si no logro mantenerme en esta cima extenderé mis alas y volare con las aves hacia mayores alturas, mas si caigo espero recordar que siempre he sido gato, y por paciencia felina más que por astucia comenzare de nuevo a escalar la difícil roca.