(Verso 1)
En una oficina en la capital trabaja un hombre de verdad, Su nombre no lo digo, ¡pero tiene una gran bondad! Con su traje y corbata, cuenta de su pasión, De cerdos en la finca, y su gran ambición. Él habla de aventuras en el inmenso llano, Con su camión cargado, y un sueño en la mano, "¡Tengo cerdos ibéricos!", dice con emoción, Pero sus compañeros solo ríen, ¡no hay razón! (Coro) ¡Cerdos ibéricos, Landrace y Criollo! Hampshire y Yorkshire, ¡vaya gran apoyo! el les sonríe y su corazón late, Aunque no le crean, él nunca se deslate. (Verso 2) “Yo crío los mejores, en mi finca hay alegría, El sol brilla alto, y la vida es mía. Hago grandes negocios, los cerdos son mi orgullo, Pero en la oficina, ¡parece un murmullo!” Algunos se ríen, “¿será que está loco? ¿Un oficinista con un mundo tan poco?” Pero él sabe la verdad, en su pueblo es rey, Generoso y alegre, ¡el gamonal es la ley! (Coro) ¡Cerdos ibéricos, Landrace y Criollo! Hampshire y Yorkshire, ¡vaya gran apoyo! siempre sonríe y su corazón late, Aunque no le crean, él nunca se deslate. (Puente) Cada fin de semana, se va a su hogar, Lo que el tiene los otros solo pueden soñar, Mientras en la oficina, solo hay confusión, Él sabe que la vida es más que una ilusión. (Verso 3) Así sigue el empleado, con su historia sincera, Un hombre del llano, con alma de ganadera, Aunque no le crean en la capital, su alegría es real, Y en su pueblo querido, es un hombre cabal. (Coro) ¡Cerdos ibéricos, Landrace y Criollo! Hampshire y Yorkshire, ¡vaya gran apoyo! el hombre sonríe, su corazón late, Aunque no le crean, él nunca se deslate. (Final) Así va el man, con su risa y su fe, La ganadería lo hace feliz, ya lo ves, Un oficinista, un ganadero audaz, ¡En el inmenso llano, su historia es verdad!